viernes, 29 de mayo de 2009

REVELACIONES CHASCOMUNENSES


ESCULTOR DE MUJERES

Pedro era escultor. Desde pequeño se quedaba en la plaza, anonadado ante la estatua que homenajeaba a las Madres.
¿ Quién iba a pensar que salía de su casa a la carrera y no para subirse a las hamacas y al tobogán? Ni tampoco para jugar a la pelota.
La obsesión de Pedro era pararse junto a la estatua y con ojitos detallistas recorrer relieve por relieve a esa abnegada mujer que no se cansaba de esperarlo todas las tardes, firme, en el medio de esa plaza.
Cuando se convirtió en un joven estudiante universitario, eligió un instituto donde con manos temblorosas e inexpertas comenzó a darle formas a la piedra.
Su talento e inspiración le facilitaron la creación de obras que jamás había soñado producir, llevándolas a exposiciones donde era felicitado y reconocido por el público.
Cierto día, un amigo lo llamó desde Francia para invitarlo a conocer las galerías de arte y presentarlo a un grupo de colegas.
Feliz, emprendió el viaje, con gran expectativa.
Al llegar al edificio donde vivía Juan, éste lo recibió con gran euforia y juntos bebieron un fino licor entre relato y relato.
Cuando llegó el momento tan esperado de entrar a la sala donde guardaba sus obras de arte, Pedro quedó alucinado y volvió a rememorar su infancia, no ya con el símbolo de la Madre sino con la escultura de una mujer al mejar estilo Eva, aquella que no necesitó vestidos caros.
Era la mujer que siempre había soñado, no tanto por su desnudez sino por su silencio.

Ana Rodríguez
Escrito en el Taller Literario “Sin Preámbulos”
A partir de tema musical “Cartón piedra” como disparador.


FURIA
Es una criatura, la imagino del color de las sombras. Encontró un lugar en mi interior, quién sabe dónde, quién sabe cuándo, pero creció conmigo.
Hace un tiempo atrás, alguien quiso burlarse de mí y sentí su despertar, el calor de su cuerpo me quemaba por dentro y mi garganta ardía pues sus escamas me laceraban a media que subía el tono de mi voz.
Cuando su ataque fue cesando, recuperé la calma y creí que esta criatura había escapado junto con mis injurias o bien habríase muerto temporalmente dejando sobre mí una fina sábana de fragilidad.
Otras veces, siento que se mueve molesta, como si alguien quisiera despertarla; mi pecho se agita y siento pasos apurados, son mis latidos.
Hoy llegó al punto máximo de su crueldad, sus pies pisotearon tanto mi interior buscando salir que me dejó heridas muy profundas en el alma. Había a mi alrededor algunas personas y frente a mí estaba ese sujeto que conoce mi punto débil y me tortura. A medida que sus infames palabras llegaban a mis oídos, la criatura henchía su cuerpo al punto de sentirme estallar.
Sentía la sangre acelerar su recorrido cual ratón perseguido por un gato y mis ojos, traspasados por saetas mojadas en ácido, ardían enrojecidos.
Hasta mis manos parecían manejadas por fuertes telas de araña que las llevaban de un lado a otro.
Así quedé, extenuada luego de que esta bestia me usara de disfraz por nos interminables minutos y volví a la realidad cuando la sentí buscando su lugar, ya no me sentía fastidiada.
En su lecho secó sus heridas con su lengua de fuego hasta apagarse como un fósforo.

Ana Rodríguez
Escrito en el Taller Virtual de Laura Yasan.


SIN INTERESES


“Estar enamorado es confundir el sentimiento
con una hoguera que del pecho se levanta.”
Francisco Luis Bernárdez

Estar enamorada
Es ver tu cara en el prócer del billete
y deshojar margaritas
arrancándole monedas de diez centavos.
Es sacar los fajos de la caja fuerte y con lujuria
acariciar sus bordes como si fuera a hacerte algún regalo.

Estar enamorada
es pelear hasta la muerte con el pobre carnicero
por un vuelto equivocado.
Es tirarme de cabeza entre la gente
por la moneda de un peso que a propósito
en el suelo pegaron.

Estar enamorada
es sentir el cosquilleo de llamar
tan sólo para saber si te dieron el ascenso.
Es decirte que sólo en números pienso
porque las letras no me dieron ni un centavo.
Ana Rodríguez
Escrito en el Taller Literario “Sin Preámbulos”
Coordinado por Elvira Mansur.

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